lunes, 21 de noviembre de 2011

Investigación sobre la importancia del bipedismo en el desarrollo de la evolución humana y sus posibles conexiones con el desarrollo educativo y cultural de los seres humanos.


El ser humano tiene tres características principales que le distinguen del resto de animales: su inteligencia, su lenguaje, y el caminar bípedo.

Estos conceptos no son simples características que nos distinguen casualmente, sino que estos conceptos son los que nos han hecho evolucionar a lo largo del tiempo, hasta llegar a ser la especie más poderosa del mundo. Tampoco es casual que estos conceptos estén relacionados, ya que a partir de uno hemos desarrollado el resto. Nuestro exclusivo cerebro es la causa de nuestro alto nivel de inteligencia, y de la capacidad para comunicarnos de la manera en que lo hacemos: El cerebro es la clave de nuestra inteligencia, pero, ¿cómo conseguimos que nuestro cerebro destacara entre los del resto de animales? ¿Por qué tenemos este cerebro tan especial?

El cerebro que posee el hombre en la actualidad es la parte del cuerpo que nos diferencia por completo del resto de los animales, y es mucho más complejo de lo que pensamos: El cerebro humano actual es resultado de una gran evolución que ha ido sufriendo a lo largo de millones de años.

La evolución de nuestro cerebro comenzó hace 4 millones de años, cuando el antepasado del hombre, el Australopithecus Afarensis se puso de pie, y comenzó así a distinguirse del resto de primates desarrollando su inteligencia. Pero, ¿cómo desarrolló tanto su inteligencia sólo por moverse de manera bípeda? Por el cambio y el aumento de posibilidades que esto supone.

Al no utilizar las manos para caminar, tenía libertad para darles otros usos: coger, tocar, agarrar, manipular… Tenía la posibilidad de APRENDER con las manos, por lo que se puede decir que el bipedismo fue la causa y el origen de la inteligencia del hombre.

Los antepasados del homo sapiens desarrollaron su inteligencia, y poco a poco comenzaron a comunicarse con un lenguaje muy rudimentario (ruidos y gestos), necesario para vivir en grupo (hombre social).

Como su habilidad con las manos crecía, aumentaba el desarrollo de la motricidad fina, lo que les daba la posibilidad de fabricar utensilios, cazar, controlar el fuego, cocinar, pintar… Todos y cada uno de estos grandes avances, desarrollaban cada vez más la inteligencia. Y gracias a una mayor capacidad cerebral y a una mayor inteligencia, se desarrolló el lenguaje, canal por el que transferimos los conocimientos y la sabiduría.

El lenguaje es el paso más importante que dieron los antepasados del hombre. Sin él nunca se habría desarrollado el cerebro de tal manera. Con el lenguaje nos comunicamos, aprendemos y enseñamos, y es imprescindible para nuestra evolución.

El bipedismo junto al lenguaje son los dos pilares básicos y fundamentales de nuestra inteligencia; de nuestro cerebro súper-evolucionado.
Además del lenguaje oral, debo mencionar que el lenguaje escrito, la escritura, también tiene de alguna manera su origen en el bipedismo: si no nos hubiéramos puesto de pie, no hubiéramos tenido las manos libres, y nunca hubiéramos aprendido a pintar, dibujar ni escribir.

El bipedismo es la base de todos los progresos que hemos conseguido como especie. Además está relacionado con la educación y con la cultura: la educación y la cultura no dejan de ser transmisión de conocimientos, lo que no sería posible sin el lenguaje, sin la comunicación. Y nuestros antepasados pudieron comenzar a comunicarse por el aumento de la capacidad craneal, con lo que aumentó su inteligencia. ¿Y cuál es el principio del desarrollo de la inteligencia? El caminar bípedo, que les dio la libertad y capacidad de aprender. El aprendizaje desarrolló el cerebro de nuestros antepasados, y lo sigue haciendo en la actualidad, sólo que de diferente manera: con la educación.





Casandra Yuste Rodríguez. 2ºA